jueves, 26 de agosto de 2010

Puñados de caballos se desbocan por mis venas



Me inunda la palabra,
Semilla que se siembra en el alma ansiosa de echar raíces,
Poemas como hojas

No sé el valor de estas palabras,
Si son bellas, terribles, o de aficionada
Sólo siento que una llama arde
Incinerando la jaula de aquella ninfa
Convertida en mariposa, por uno de sus amantes,

Este al descubrir, que ella era creyente y practicante
Del amor libre, la enjauló,
Para liberarla asì de ese bello y bruto animal
Llamado instinto,
Que desde entonces tiene alas de mariposa
Y se aferra a su revoloteo,
Como la lapa se aferra a la piedra.

Quizá estas palabras sòlo son,
Estrias en mis huesos
Esqueleto enfundado en la resaca de un instante
Que devoró la eternidad

Abismo sin fin,
De donde brota la risa de mis diablos
Coronados como a reyes.

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